Bruselas por partida doble
Toda la vida sin ir a Bruselas y en el plazo de una semana, en este mes de diciembre, he tenido que ir dos veces, las dos por motivos de trabajo. En el segundo viaje aproveché para pasar allí el fin de semana con dvt.
El mejor resumen de mi experiencia con la ciudad es "Europa" y "frío". Lo primero porque sólo en Bruselas la Unión Europea parece tener presencia real. Funcionarios y edificios que dan la sensación de que estamos construyendo algo más allá del euro. El frío porque es exagerado, de doler, como si estuvieras en alta montaña.
Uno de los días tuvimos guía particular, una amiga búlgara que hice allí durante una conferencia a la que asistí. Con ella hicimos una buena ruta turística, que incluyó las principales chocolaterías de la ciudad, como Pierre Marcolini, nuestra favorita por su diseño super cuidado.
La ciudad es muy manejable, muy pateable, y en un fin de semana te vas satisfecho, con la sensación de conocerla. El casco histórico está muy bien. La Grand Place, que pasa por ser la plaza más bella de Europa, es realmente muy bonita, y tenía una iluminación navideña muy moderna, incluyendo espéctaculo musical a las 7. Me gustaron mucho también las vidrieras de la Catedral. Muy recomendable la excursión en metro al Atomium, ya en las afueras; una experiencia muy de interior de nave Star Trek.
En definitiva, una ciudad que representa un plan perfecto para un fin de semana; pero no de invierno.