domingo, 1 de junio de 2008

Fiestuqui y polémicas

Ayer estuve de gay-party con amigos en Madrid. En realidad amigos, amigos, no era ninguno. Gente conocida de eventos profesionales con la que hay buenas vibraciones. Pero decidí que merecía la pena hacer un esfuerzo de sociabilidad. Y no me arrepiento porque es sorprende el proceso de aislamiento social que se produce con la edad. Conoces a mucha gente en el ámbito profesional pero difícilmente das el paso a establecer relaciones más personales.
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Coincidí con algún bloguero famoso con el que hablé de la transparencia en los blogs y de cómo alguno parece hecho con notas de prensa, de tan políticamente correcto. También hablamos de la última campaña de Simyo dirigida al colectivo gay. Mucha repercusión a costa de reforzar los estereotipos más burdos.
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También la campaña de Alaska en contra de la tauromaquia está dando que hablar. Con los toros hemos topado en este país. Barbaridades he leído ya. Hay temas de pandereta que siguen siendo tabú.
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Y para música de toros el lanzamiento de la campaña Un país de mierda, a la que he llegado a través de un amigo judío. Con él estoy descubriendo lo que puede significar la invisibilidad de ser judío, así como muchas otras cosas sobre su pueblo.