Hotel con vistas en Milán
Justo un mes después del 60 cumpleaños de Charo,
dBt y yo nos hemos vuelto a organizar para
pasar el fin de semana largo en Milán. Resultó ser una buena elección de fechas
porque entre el festivo del 14 de Julio y la final del Mundial que ganó Francia
el domingo 15, París debió estar bastante masificada y ruidosa este fin de semana. El sábado pasé
el día yo solo en Milán, porque dBt trabajaba, y aproveché, como ya he comentado
en las entradas anteriores, para visitar el Cementerio Monumental y algunas iglesias.
Reservé para las noches de
sábado y domingo un hotel no lejos de la oficina, un 5* con muy buen precio de
última hora. Lleva abierto
aproximadamente un año, y las instalaciones están muy bien. Tiene un
restaurante gastronómico en la planta baja, y una terraza con piscina, bar de
copas y buenas vistas a la ciudad (y al Cementerio). En realidad la clave de reservar ese hotel fue la piscina. Y es que Milán tiene un verano muy bochornoso, con
temperaturas que suben de 30º y no bajan de 20º, con ese calor húmedo que yo
tanto detesto. Lo peor, con todo, son los mosquitos. Como muy acertadamente
dice dBt, las guías de la ciudad deberían
alertar de la plaga de mosquitos. Es de no creer, sólo
comparable a destinos tropicales del estilo de Tailandia o Iguazú. En fin, mucha capital de la moda, pero mas vale no olvidarse de rociarse bien de
repelente de mosquitos.