martes, 2 de diciembre de 2014

Angoulême y la abadía de la cementera

Este lunes estuve de visita en una fábrica cementera en el suroeste de Francia, al lado de Angoulême. Es una de las pocas fábricas en el mundo dirigidas por una mujer y allí que me fui para entender mejor los puestos de trabajo clave y las rutas de desarrollo profesional dentro de una fábrica. La idea es que podamos desarrollar a más mujeres como dirigentes en el futuro. Fue un día estupendo, y mi gran sorpresa fue descubrir que dentro del recinto de la fábrica, pegada a las instalaciones, se hayan las ruinas de una antigua abadía. El contraste entre la arquitectura industrial y la histórica no puede ser más extraño, pero ahí están las dos tan ricamente. Lo ideal sería invertir en condiciones y hacer de todo eso un centro cultural para la comarca. Sería, sin duda, un ejemplo estupendo de un modelo de desarrollo sostenible y de relaciones estrechas con la comunidad local. 

El día anterior, el domingo por la tarde, tuve también la oportunidad de pasearme por Angoulême, una pequeña ciudad que tiene ciertamente su encanto. Por lo visto es la sede del festival del cómic más importante de Europa. El casco histórico está en la cima de una colina y tiene tramos amurallados. Muy mono todo, aunque esos sitios pequeños en domingo no dejan de tener un aire deprimente.