jueves, 19 de diciembre de 2013

Encuentro con los Abuelos en Madrid

Hace algún tiempo que mis padres se han convertido en "los abuelos". No sabría certificar con exactitud cuando ocurrió ese cambio de percepción. Supongo que fue hace 3 años, cuando ella cumplió los 80. El caso es que me hice más consciente de su fragilidad, de sus manías y sus historias repetidas. Ahora, con cada nuevo encuentro me descubro buscando pistas de si están realmente bien, o simplemente mejor o peor que la última vez. 

En esta ocasión nos vimos en Madrid, fieles a la tradición de estos últimos años, ese acuerdo tácito por el que yo no voy a Vigo por Navidad, pero nos vemos en diciembre en casa de su adorado jap.  Y así fue un año más. Repetimos comilonas en vajilla Sargadelos, variado de turrones y dulces y, por supuesto, encuentro con mi Hermano 1, Sobrino E y Charo. Todo igual pero diferente porque nunca somos los mismos ni la relación entre nosotros lo es. 

En el apartado ocio, les enseñamos Madrid Río en un domingo de sol espléndido, y vimos Diana, la película sobre la Princesa que a mi y a jap nos gustó bastante, por aquello de descubrirnos ángulos nuevos del personaje. A los abuelos, en cambio, les dejó bastante fríos, por esa mezcla de republicanismo y desinterés por el género corazón que les caracteriza. Lo suyo son las exposiciones sesudas. 

Vimos la exposición "Japonismo" del CaixaForum que aunque no es gran cosa tiene algunas obras interesantes. Una guía explicaba a un grupo escolar que los japoneses tenían otro punto de vista artístico y que el Realismo no les interesaba, porque no le veían punto a reproducir lo que ya existía en la naturaleza, de ahí que sus "retratos", como ese actor de Toshusai Sharaku de la primera foto, tuvieran ese aire de dibujo-caricatura. Respecto a las "escenas", lo suyo era reproducir lo cotidiano, como la lluvia en el Puente de Atake de Utagawa Hiroshige (segunda foto), en lugar de las batallitas y escenas mitológicas que tanto gustaban a los occidentales. Es arte para relajar, no para crear tensión. 

La otra exposición que vimos fue la del Terracotta Army, los Guerreros de Xi'an, en el Centro Cultural de la Villa en Colón. A los abuelos les encantó descubrir toda la historia. Y no es para menos, todos esos miles de figuras, todas distintas, enterradas para la posteridad por el primer Emperador de China. No sé si llegaré a verlos algún día, pero creo que al menos me tragaré algunos documentales.

Y en cuanto a los abuelos, a seguir viajando. Se han ido de Madrid con una maleta nueva y su siguiente destino será Menorca con el Inserso en marzo. Casi me dan ganas de empezar a organizar su siguiente visita a Londres, aprovechando que los vuelvo a ver tan activos y andarines.