La Torre de Londres
Si había una visita turística imprescindible con mis padres estos días, esa era la Torre de Londres. Efectivamente, a mi padre, que es un friki de la historia medieval, no le defraudó, y esa misma noche anunció solemne que estaba contento de estar en la ciudad. Hasta entonces le pesaba más el cansancio y la pereza de estar fuera de casa. Para mi madre en cambio, la visita ha sido mucho más sosa, como de no acabar de verle la gracia.
El encanto principal de la Torre de Londres son sus casi 1000 años de historia. El castillo fue fundado por Guillermo el Conquistador a partir de 1066 como parte de los esfuerzos por dominar a los londinenses. La historia de esa conquista épica por parte de los Normandos Franceses está narrada en el Tapiz de Bayeux. El castillo inicial fue ampliándose con el tiempo y se convirtió en la fortaleza-palacio símbolo de los reyes de Inglaterra. La estructura general, torres y muros defensivos se conserva muy bien y forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. El recinto alberga además las "Joyas de la Corona", la colección de cetros y coronas de la monarquía británica, que congregan siempre una buena cola de visitantes.