lunes, 15 de septiembre de 2008

Museos de Amsterdam

Aunque ya me parece que el viaje de Amsterdam queda algo lejos, me quedan algunas cosas por comentar de la ciudad, en plan guía de viajes y aspectos a tener en cuenta en cualquier viaje futuro. Empezaré hablando de los museos.
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Hay un montón de museos en Amsterdam. Se cuentan a cientos. Los más famosos y visita imprescindible son dos: el Rijksmuseum y el Van Gogh. el Rijksmuseum merece mucho la pena. Es rollo Prado, algo mogollónico, pero lleva en obras una eternidad y tienen las obras maestras concentradas todas en un ala. Eso es una ventaja porque en poco tiempo, y con explicaciones en grandes textos en las salas, recorres todo el Siglo de Oro Holandés (aquellas décadas de 1600 y algos en los que su flota casi dominaba el mundo). Hay algunos muebles (como Casas de Muñecas) y lo mejor de los grandes pintores holandeses: Vermeer, Van Dick, Rembrandt...Por su parte, el museo Van Gogh, en mi opinión, está sobrevalorado: una planta con precursores y cohetáneos, y otra con pinturas del artista de todas sus épocas. Para mi, los cuadros están demasiado apelotonados. He visitado el museo en 3 ocasiones y siempre me he sentido algo incómodo. Además he llegado a la conclusión de que gustarme gustarme debe haber sólo media docena de cuadros. Enfrente del Van Gogh, está ahora House of Bols, uno de esos museos de empresa centenaria. En este caso se trata de una casa de licores y cócteles. En una visita rápida te introduces en el mundillo de los alcoholes.
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Todos estos museos están en Museumplein, una gran plaza, en la que también está el Stedjlik, también en obras desde hace años (parece que le harán una entrada muy espectacular). De momento se puede ver algo, en plan provisional, en la zona del puerto, al lado de Central Station. Han habilitado un par de plantas en un edificio (foto de la entrada, en rojo, abajo) dónde exponen sólo arte contemporáneo. Al lado de este edificio hay ahora una Biblioteca pública espectacular, con internet gratuito en docenas de ordenadores y un restaurante en la última planta con vistas increibles (en la primera foto se ve el NEMO, un museo de Ciencia al que entramos porque era gratis y del que sólo nos interesó el edificio y su terraza super animada). El restaurante de la biblioteca merece la pena no sólo por las vistas sino también por la comida: la elijes tu mismo, en plan mercado, y te la cocinan allí, delante de ti.
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El descubrimiento de este viaje han sido dos pequeños museos. Por un lado la Casa de Ana Frank, que te lleva por las habitaciones que utilizaron para ocultarse de los nazis ella y su familia. Merece la pena por visualizar y entender lo que tuvo que ser aquello y el valor de ese diario tan afamado. Abajo tienen una sala interactiva que me gustó mucho: una pantalla proyecta situaciones y al final hace un pregunta a la que los asistentes responden con unos mandos repartidos por la sala (por ejemplo: ¿consideras adecuada la postura de la Iglesia Católica respecto a la homosexualidad?). El otro pequeño museo muy interesante es el Amstelkring, también conocido como "Our Lord in the Attic". Son tres casas en el Barrio Rojo, en las que se visitan las habitaciones y en su planta superior hay una iglesia completa y estupenda. Hubo una época en la que el culto católico se prohibió y esta iglesia estaba ahí arriba camuflada (foto abajo).