martes, 23 de abril de 2024

Lausanne, por fin

La experiencia que teníamos hasta ahora de Lausanne era limitada: una visita al Museo Cantonal de Bellas Artes y un acercamiento a la ciudad en bicicleta desde el lago que nos hizo experimentar las empinadas cuestas de la ciudad. 

Este domingo dimos un buen paseo por el Casco Histórico, el verdadero corazón de la ciudad, y nos dejó gratamente sorprendidos. Todo siguen siendo cuestas, pero las incomodidades se compensan por las vistas de los puentes, viaductos y el lago. La catedral está en una colina, rodeada de pequeñas calles medievales. Todo muy mono. 

La oportunidad de ir a Lausanne surgió porque Ewa, nuestra amiga de la Chevreuse, en las afueras de París, y antigua compañera de máster, estaba en la ciudad para impartir un curso. Hacía un par de años que no nos veíamos así que utilizamos el paseo y la cena para ponernos al día de trabajo, familia y amor.