lunes, 8 de febrero de 2021

Arquitectura y decoración en el Rastro

He perdido la cuenta de las veces que hemos ido a El Rastro desde que volvimos a Madrid. Es uno de los grandes re-descubrimientos en la ciudad, muy influído, claro, por el hecho de que estamos en plena fase de decoración y buscamos inspiración. Aunque yo no soy nada fan de los puestos callejeros, ni de las grandes aglomeraciones, me siento muy a gusto en El Rastro. Primero porque ahora controlan los aforos y los flujos de entradas y salidas de las distintas calles, y segundo, y mucho más importante, porque hemos descubierto las mil y una tiendas y galerías de antigüedades del barrio. De hecho, muchas de las veces que hemos ido no ha sido en domingo para ahorrarnos los mogollones y poder visitar tranquilamente las tiendas. Eso sí, hasta ahora, hemos comprado bien poca cosa. 

Más allá de puestos y tiendas, nos gusta mucho la arquitectura que hemos descubierto en los alrededores del Rastro. En la propia Ribera de Curtidores, donde se instalan los puestos, hay dos edificios magníficos: la Escuela Mayor de Danza, en plan palacete antiguo (primera foto), aunque en realidad es de 1935, y las Galerías Píquer, con su torre-Faro de los años 50 (última foto).  En la paralela calle Embajadores, está la iglesia barroca de San Cayetano, sorprendente por fuera y por dentro y muy cerca, un maravilloso mural de D*Face, el artista urbano británico del que ya habíamos visto grandes obras en el Distrito 13 de París. En fin que comprar no compraremos pero, más allá jugar a decorar la casa, le estamos sacando buen partido al Rastro.