Arranque de obras

Antes y después del viaje a Zaragoza, hemos pasado por Madrid. Han sido estancias de apenas 24 horas, casi tránsitos entre aviones y trenes, haciendo noche en casa de jap, aunque él está estos días en Ribadesella. 

Hemos aprovechado para pasar por el piso de la calle Reyes. La idea era avisar a los vecinos de que las obras comenzarán en la segunda quincena de agosto pero no pillamos a nadie. Harán la comunicación por teléfono la arquitecta y la contratista. 

Estamos contentos de salir del impasse de varios meses, desde que finalizamos los planos y encontramos a alguien que hiciera la obra. Por el medio, hemos tenido una batalla bastante desgastante con la Comunidad de Vecinos, o más bien diría con el administrador de la finca y la presidenta. Desde aquella Primera Junta, todo apuntaba a dificultades. Y efectivamente, el punto de conflicto estalló con la instalación del aire acondicionado. Ellos erre que erre que lo teníamos que instalar en los balcones (dónde lo tiene la Presidenta y su ex-marido que vive en otro de los pisos). Y nosotros que no que no, que eso está prohibido por el Ayuntamiento de Madrid ya que las fachadas del inmueble están protegidas. En fin, pura picaresca y cutrerío, pero al final las máquinas de aire irán en la cubierta, dónde no molestan a nadie y no tienen impacto visual. Eso sí, sólo aceptaron cuando nos vieron determinados a todo, incluido poner el asunto en manos de abogados y denunciarlo. Duro de pelar. 

CaixaForum Zaragoza

Soy muy fan de Zaragoza. No como dBt que es un renegado y sigue con la imagen de que es todo muy pueblo. A mi en cambio me parece que la ciudad ofrece mucho: buen casco histórico, río cuidado, importantes restos romanos, arquitectura contemporánea y... un buen equipamiento cultural. Prueba de ello es que al Museo de Arte Contemporáneo Pablo Serrano, se sumó hace ya 5 años el  CaixaForum.  Aún no había tenido oportunidad de visitarlo, pero este último viaje ofreció la oportunidad perfecta. 

Me gusta mucho el edificio, una mezcla de hormigón y aluminio perforado. Tiene 3 plantas; la última dedicada a cafetería y terraza, que se pueden privatizar (últimamente sólo pienso en espacios para organizar fiestas...). Las vistas no son nada bonitas: no hay altura suficiente para tener buena perspectiva y los edificios de los alrededores no tienen mucha gracia. 

Las exposiciones del momento tienen cierto interés: una dedicada a las "emociones", en la que nos cruzamos con una obra de Bill Viola, una Piedad y varios Miró. La otra exposición es de fondos del Prado alrededor de la Mitología, con muchos dioses, héroes y ninfas. No está mal aunque el tema no sea de nuestros favoritos. 

La visita al CaixaForum de Zaragoza fue el broche perfecto a una visita de 4 días a Zaragoza que arrancó la noche del viernes pasado con un concierto de Fangoria en Utebo, un pueblo a 20 km de la ciudad. Después ya vino la Torre del Agua, la boda, mucha vida familiar y un par de cenas con amigos. Todo perfecto. 

Boda Nº5

Diez años después de la boda Nº4 llegó la Nº5, lo cual confirma mi escasa experiencia en el género matrimonial. En esta ocasión fue en Zaragoza, ciudad en la que están transcurriendo últimamente los eventos familiares con componente eclesiástico, como la Primera Comunión y la Segunda. Está claro que en mi familia política el componente católico está más presente que en la mía, aunque sólo sea por el puro elemento ritual. 

Lo más moderno de esta boda fue la propia iglesia, de nueva construcción, y el hotel dónde se celebró, el Hiberus de la Expo. El resto fue todo bastante clasicorro. Con todo, me lo pasé bastante bien porque aplico un punto de vista "antropológico": observar lo curioso que son los rituales de la iglesia, las palabras del cura, el comportamiento de los novios y la familia, el banquete, el baile... Curioso e interesante todo pero sólo porque lo hago en un ratio de una boda cada 10 años. 

La Torre del Agua

El 44 cumpleaños de dBt nos ha pillado en Zaragoza. Teníamos una boda de una de sus primas ese mismo día así que no había escapatoria. Por la mañana visitamos el interior de la Torre del Agua, la torre más alta de Aragón que construyeron para la Expo de 2008 (y que habíamos visitado en aquel momento). La planta tiene forma de gota de agua y el interior está vacío, con una rampa que recorre toda la fachada exterior para poder bajar y subir. En el enorme atrio hay una escultura muy monumental que se llama "Splash" y representa el momento en que una gota cae al suelo y se fragmenta en multitud de gotitas. Es todo una maravilla: el interior, el exterior y la escultura, pero sorprendentemente está "abandonado". Un grupo de voluntarios son los encargados de organizar visitas guiadas gratuitas los fines de semana para poner el edificio en valor. Se me escapa totalmente porque Turismo de Aragón y de la ciudad de Zaragoza no le sacan más partido a un edificio tan icónico. 

Aprovechamos que estábamos en la zona para dar un paseo por todo el recinto de la Expo. Nos encanta toda la arquitectura que hay en la zona. Afortunadamente, el pabellón puente de Zaha Hadid va a ser reformado y reabierto dentro de poco como "centro de mobilidad urbana". Como decían los voluntarios que nos enseñaron la torre, hay una verdadera oportunidad para poner en valor todo el recinto de la Expo y convertirlo en un "nodo turístico" alternativo o complementario al del casco histórico de Zaragoza. Una pena que no lo vean así las distintas autoridades políticas, tan visionarias ellas. Si esto estuviera en Francia, otro gallo cantaría, pues menudos son los franceses para poner en valor todo su patrimonio turístico. 

42 grados en París

El jueves de esta semana estuvimos a 42 grados en París, récord absoluto de temperaturas en la ciudad. El día anterior estuvimos a 39. Son temperaturas insoportables en cualquier lado pero más en una ciudad que no está preparada para esas proezas. 

Con mi espíritu práctico, decidí que lo mejor era quedarse un par de noches en un hotel con aire acondicionado. De entrada, tuve discusión con dBt que lo veía como un capricho de ricos, pero al final creo que entendió que era lo más razonable para poder al menos dormir bien. Vivimos en un 6º y a nuestro apartamento le da el sol prácticamente todo el día. 

Nos quedamos en un hotel muy normalito enfrente de la Gare de l'Est, con vistas a la estación (preciosa) y al monte y basílica de Montmartre. Aprovechando nuestra "escapada" en París, una de las noches nos fuimos al cercano Canal de Saint-Martin, que estaba super animado con "Paris Plages" y gente jugando a la petanca, nadando (aunque está prohibido) o pedaleando en embarcaciones. París convertida en ciudad vacacional de verano. 

La terraza de Lacon House

Amanecer del lunes en la Gare du Nord de París (primera foto). Así empezó una semana Eurostar muy especial, la de la gran ola de calor en Europa. Sólo estuve dos días en Londres, lunes y martes, y el calor británico fue apenas una fracción del infierno que aún esperaba en París el miércoles y jueves. 

Con todo ese solazo, esta semana en Londres hice el descubrimiento del año. Resulta que el edificio dónde están las oficinas de mi empresa que, por cierto, se llama Lacon House, nombre con cierta coña para un gallego, tiene una terraza de acceso público en la planta 9. No es muy alta pero sin embargo la vista es magnífica a los rascacielos de la City, St.Paul o el Shard. Para colmo de las alegrías, por lo visto se puede alquilar, haciéndose cargo de los gastos de limpieza y seguridad del edificio. Una compi celebró su 30 cumpleaños con colegas el sábado y yo ya me veo también celebrando algo en el futuro, aunque aún no sé el que.  

La habitación del hotel en el que me quedé esta semana también tenía vistas a los tejaditos y chimeneas de Londres. No tenían tanta gracia como las vistas de la oficina, pero tenían también su punto de belleza cotidiana, sobre todo con la luz del amanecer y del atardecer. 

Fondos de la Fundación Louis Vuitton

Por pitos o por flautas, en los últimos meses hemos acabado visitando más a menudo la Fondation Louis Vuitton que el Centro Pompidou, a pesar de que la primera está bastante lejos y el segundo literalmente enfrente de casa. Supongo que todo se reduce a que nos han llamado más las exposiciones de la Fundación, como aquella de Murakami, o la del MoMa.

El domingo pasado hicimos una nueva visita. En esta ocasión había un refrito de fondos permanentes. Sin ser para echar cohetes, había cosas interesantes, como algunos cuadros de Daniel Buren, AlexKatz, o una sala dedicada a Gilbert & George.

A la salida recorrimos el Jardind’Acclimatation, un parque de atracciones algo "clásico" (no en vano es del siglo XIX!), que es ideal para visitar con niños. 

Semanas Eurostar

El domingo pasado fue el 14 de Julio, la fiesta nacional francesa con su tradicional desfile militar y sus 30' de fuegos artificiales en la Torre Eiffel. El año pasado nos perdimos los eventos porque andábamos por Milán, pero este año bajé a la calle para ver el desfile por influencia de Carlos (el de Zurich) que andaba por aquí de fin de semana. En realidad nos lo podíamos haber ahorrado porque apenas vimos nada entre el dispositivo de seguridad y la gente. Con los fuegos aplicamos mejor criterio y los vimos desde casa tan ricamente. 

La semana ha sido del tipo "Eurostar", es decir con viaje a Londres de 2 o 3 días. Tengo muchas de esas; sin ir más lejos, la semana siguiente también lo será. Es un viaje muy cómodo y me hago cruces con la pereza que me darán esos desplazamientos una vez que vivamos en Madrid. 

En París visitamos una pequeña exposición de Alex Katz en una Galería de Le Marais. Es una serie de "Red Dancers" compuesta de cuadros de gran formato (y gran precio), que no están mal. 

Concierto de Gossip en el Bataclan

Hemos vuelto al Bataclan y de nuevo de la mano de Beth Ditto. En esta ocasión no era actuación en solitario sino con su "antigua" banda: Gossip. No estuvo mal pero tampoco me emocionó: me gusta más ella en solitario que con el grupo, al que veo demasiado rockero para mi gusto. 

El concierto fue entre semana, el martes, a la vuelta del orgullo en Madrid. Al día siguiente me fui en tren a Holanda. Fue un viaje de trabajo breve, sólo dos días, uno en Amsterdam y otro en el norte, en Heerenveen, a dónde me trasladé también en tren. Fueron días lluviosos, casi otoñales, de paisajes verdes, vacas y agua.