martes, 27 de octubre de 2020

Ultimos encuentros y últimos paseos

Este último fin de semana hemos hecho la ronda de despedidas con amigos: Ronke, Christian y Honoré, nuestra vecina del 7º, Martine, y la raclette en la Chevreuse. En todos los casos, nos  hemos emplazados a vernos en 2021, en Madrid, o tal vez de vuelta en París,  pero la verdad es que es difícil predecir cómo será el próximo año. Qué sabe nadie. 

Durante los últimos días también hemos completado los últimos recorridos por la ciudad: las riberas del Sena, el Parque de Luxemburgo, Opera, el jardín del Palais Royal, el Puerto del Arsenal... Algunos de los días, cuando el tiempo lo ha permitido, he salido a correr por la ciudad (los gimnasios están cerrados) y eso me ha hecho añorar el periodo dorado del confinamiento, cuando la ciudad estaba casi vacía y sin coches. 

A cualquier hora del día o de la noche me he acercado a ver los tejados de Le Marais desde la ventana de la cocina. Sé que será una de las cosas que más voy a echar de menos de este periodo en París y de este piso. Ha sido el apartamento en el que hemos vivido más tiempo dBt y yo, unos 5 años. Le hemos sacado buen partido. 

Hoy empaquetan, mañana cargan todo en el camión y la semana que viene nos entregarán todo en el piso de Madrid. Aún nos quedan 2 noches de hotel en la ciudad, pero esto ya es un fin de etapa en toda regla. Aunque París es una ciudad inagotable, e inabarcable, nos vamos con la sensación de haberla exprimido y aprovechado bien. A por la nueva etapa. 







domingo, 25 de octubre de 2020

Domingo de raclette

Como parte de la ronda de despedidas, hemos pasado el domingo en la "campaña", acompañados de Ewa, Etienne y sus 3 hijas.  Hemos visto a esas niñas convertirse en adolescentes, desde nuestra primera comida campestre, hace 5 años. Después vinieron otras comidas, siempre acompañadas de paseos y de charlas interesantes. 

A pesar de que viven a sólo una hora en tren desde París, nos daba algo de pereza acercarnos hasta allí. Parece que vamos a otro planeta y, en cierto sentido, lo es. Sin embargo, resultó una jornada estupenda como todas las anteriores. 

Probamos la "raclette" por primera vez en nuestra vida. Conocíamos la fondue, pero no la raclette. En este caso, hay una plancha caliente en el centro y cada comensal tiene una pequeña pala dónde coloca el queso para fundirlo (los distintos quesos ya vienen cortados en tronchas cuadradas del tamaño adecuado, y etiquetados con su nombre). También hay charcutería y patatas cocidas, así que cada uno va colocando en la plancha sus quesos y embutidos preferidos. Muy rico todo, aunque, obviamente, nada ligero. 

Dimos un paseo por el pequeño río, y el canal de los puentes. Hablamos de la deriva ultra de Polonia en medio de todo ese paraje de cuento, rodeados de las casitas, la naturaleza, la colina con el castillo y los colores del otoño.




sábado, 24 de octubre de 2020

Biblioteca Richelieu

Apuramos las últimas visitas culturales en París. Le teníamos ganas a la biblioteca Richelieu, la sede histórica de la Biblioteca Nacional de Francia (BNF) y dBt consiguió un par de entradas para una visita guiada este sábado. El edificio lleva en obras varios años y por eso no lo habíamos visitado hasta ahora, pero ya no podíamos esperar más. 

La sala de lectura es magnífica con 9 cúpulas que le dan luz natural, y una estructura en metal de arcos y columnas.  Los vanos de los arcos están decorados con pinturas de árboles, algo que por lo visto inspiró el diseño de la nueva sede de BNF en el Sena con su bosque interior rodeado de 4 torres-libro. 

Además de la sala de lectura, la visita guiada recorre otras estancias como la "sala de manuscritos" y la sala de artes del espectáculo. Es todo muy masivo. El edificio es del siglo XIX pero los fondos vienen de mucho más atrás. Francia fue el primer país en instaurar un "deposito legal", la obligación de guardar una copia de todo lo publicado en el país. Esa obligación se remonta a hace 5 siglos y les ha permitido guardar una auténtica memoria de país. El problema es que, con tantos millones de obras, empiezan a tener verdaderos problemas de espacio. En un par de años ya no quedará hueco disponible en la nueva sede del Sena. La única solución sostenible parece ser guardar sólo copias numéricas de las obras. Una pena, con el encanto irresistible que tienen las copias físicas de los libros.




viernes, 23 de octubre de 2020

Buscando a Emily en París

En los últimos días nos hemos tragado la primera temporada de una nueva serie de Netflix: Emily in Paris. La estrenaron este mes y por lo visto ya tienen en marcha, o incluso grabadas, las temporadas 2 y 3. Es una comedia tonta, sobre una chica americana que viene a París a trabajar en una agencia de marketing y se encuentra con los típicos choques culturales tanto en su vida profesional como diaria. Alguno de los capítulos iniciales tiene su gracia, por reflejar con humor escenas cotidianas con los franceses, pero no es una serie de gran calidad. Nada que ver con el humor inteligente de Rita, la serie danesa sobre una profesora que fue mi gran descubrimiento de este verano: vi las 3 primeras temporadas durante las varias estancias de dBt en España.  

Si algo hay que reconocerle a "Emily in Paris" es que refleja a la perfección la belleza de la ciudad. Parece un publi-reportaje de la oficina de turismo: tomas aéreas, atardeceres, terrazas, calles a un lado y otro del Sena... todo luminoso y en primavera, la mejor estación en la ciudad. Nada que ver con los días grises, lluviosos y cubiertos del otoño o el invierno. 

Decidimos ver la serie ahora, en lugar de esperar unas semanas o meses, para evitar un ataque de nostalgia a posteriori, cuando ya estemos viviendo en Madrid. Y ha sido buena idea porque aunque reconocemos en general la gran mayoría de las localizaciones de la serie, alguna se nos escapaba. Por ejemplo, yo no conocía la plaza en la que vive Emily, al lado del Panteón y dBt me llevó esta semana a descubrirla. Es muy cuca, triangular, con su fuente en el medio. Alrededor hay varios locales comerciales que también salen en la serie y... una librería portuguesa-brasileira!, así que es una plaza que bien vale una visita. 

Muy cerca de esa zona está la calle peatonal Mouffetard que es una de nuestras preferidas en París. Aprovechamos para darnos un último paseo por allí con la luz del atardecer. Por aquellas cosas del azar, todo ese barrio, y los alrededores del Panteón, tenía restricciones de tráfico y policía por todas partes. Celebraban a esa hora el funeral de Estado, con presencia de Macron, por la muerte del profesor decapitado hace unos días en un instituto tras haber mostrado las viñetas de Mahoma en una clase sobre la libertad de expresión. Emocionante y desolador.




martes, 20 de octubre de 2020

Arte Urbano en Belleville

Esta semana subimos a la colina de Belleville para ver la puesta de sol, aunque es casi más correcto decir a intuirla, porque anda el tiempo bastante cubierto e inestable. Por el camino nos encontramos varias grandes sorpresas en arte urbano, entre ellas:
- Un mega mural de Seth en el anfiteatro del parque de Belleville
- Dos hombres blancos cogidos de la mano de Mesnager en la persiana de un restaurante
- Otra persiana de restaurante literalmente repleta de flores y pequeños textos de In Love

Con todo, la mayor sorpresa fue encontrar a un artista urbano con las manos en la masa en la calle Denoyez. Estaba montando un mural sobre la "libertad enmascarada". La primera foto lo muestra en pleno proceso artístico, aplicando moldes sobre los que luego utiliza el spray, y la última foto muestra la obra ya acabada. De hecho lo encontramos al principio de nuestro paseo y volvimos al final para poder ver la obra terminada. Lo mejor de todo es que él también nos reconoció a nosotros! Hace unos meses también lo habíamos encontrado trabajando en la calle e identificamos su nombre y estilo. Firma como Prost y siempre utiliza esas bolas difuminadas de colores. Le hace mucha ilusión que alguien reconozca y aprecie su trabajo y por eso se debió quedar con nuestras caras. No debe tener muchos otros "fans". No nos atrevimos a decirle que en pocos días dejaremos la ciudad para no desanimarle. Ojalá le vaya bien en el competitivo e incierto mundo del street art parisino. 




domingo, 18 de octubre de 2020

San Agustín y el Cementerio de Montparnasse

Penúltimo fin de semana en París. Combinado de amigas y paseos: sábado con Ronke y domingo con Christine. Nos vimos para comer porque el toque de queda a partir de las 9 hace complicados los planes para cenar. 

Aprovechamos nuestros últimos paseos por la ciudad para re-visitar algunas cosas prácticamente olvidadas. Son lugares que vimos en nuestra primera etapa en París, hace una década, y acompañados de mis padres en su primer viaje. Por un lado, la Iglesia de San Agustín, que luce ahora una fachada re-limpia. Es una iglesia de finales del XIX, de la reforma haussmaniana y su afición a colocar edificios emblemáticos en la confluencia de grandes avenidas, en este caso el bulevar Malesherbes y el bulevar Haussmann. La estructura interior es metálica y tiene una gran cúpula, reconocible desde muchos puntos de la ciudad. 

Por otro lado, re-visitamos también el Cementerio de Montparnasse, con sus vistas a la gran Torre. En la glorieta central, con el ángel, se encuentra ahora la tumba de Chirac. También nos acercamos a ver la tumba de Sartre y Simone de Beauvoir. Nuevos y viejos inquilinos en el cementerio, y 10 años que nos han pasado a nosotros entre la primera visita y esta segunda. 






sábado, 17 de octubre de 2020

Paradis Latin, el último cabaret

Este viernes a las 12 de la noche empezó el toque de queda en París. Se supone que durará 4 semanas, el límite legal, pero el gobierno ya ha dicho que quiere tenerlo vigente al menos 6 semanas. Supongo que el plan es poder levantarlo en el periodo navideño. 

Es sorprendente la variedad de medidas anti-covid que están implantando los gobiernos, por no hablar de las distintas Comunidades en España. Es todo bastante confuso, caótico y deprimente. Sólo cabe esperar que vengan tiempos mejores (y que empiecen con la derrota de Trump a principios de noviembre en las elecciones americanas).

En la lista de despedida de París, teníamos asistir a alguno de los espectáculos de revista, al estilo Moulin Rouge. Cuando nos enteramos del toque de queda, corrimos a reservar la última noche en Paradis Latin, el cabaret más antiguo de París, fundado por Bonaparte en 1802. La sala del teatro fue reconstruida por Eiffel el mismo año que se construía la Torre. Vamos, una sala con mucha historia a pesar de que no sea probablemente la más conocida. 

Nuestra elección del Paradis Latin para la última noche, antes del toque de queda, no fue tanto la solera de la sala sino el espectáculo que hay ahora mismo. Es una revista especial creada por Kamel Ouali, un coreógrafo (gay) que conocíamos del "mítico" musical Dracula (mítico para nosotros que fuimos a verlo dos veces porque nos encantó). 

Fue un acierto total elegir ese cabaret y esa revista porque mezcla el estilo tradicional del "cancan francés" y toda la parafernalia de plumas, con números muy modernos, tanto en las coreografías como en la elección de temas musicales muy actuales. También hay números con acrobacias circenses así que es un espectáculo muy completo que nos tuvo ojipláticos durante toda la sesión. Al final de la representaciónk salieron el propio Kamel y el propietario del local a despedirse ya que cierran las puertas durante las próximas semanas.  Todo muy emotivo y muy histórico, como toda esta época que nos toca vivir.



viernes, 16 de octubre de 2020

Saint-Sulpice y Saint-Germain des Près

Desde la vuelta de Estocolmo, hemos entrado en la cuenta atrás final de París. Nos quedan 2 semanas antes de empaquetar todo y mudarnos a Madrid. Cada día que pasa somos un poco más conscientes y también nos da un poco más de pena la idea de dejar la ciudad. Aprovechamos cada día para salir a pasear en una dirección distinta e ir desmidiéndonos poco a poco de los distintos barrios. 

Esta semana hemos entrado en la Iglesia de Saint.-Sulpice.  Yo había estado hace poco, aquel domingo de la visita al Museo Bourdelle, pero dBt llevaba mucho tiempo sin entrar y aún no había visto  los cuadros de Delacroix restaurados. Están situados en una capilla a la derecha de la entrada. Aunque la iglesia es del siglo XVII, los cuadros son del XIX. Los dos están bien pero mi preferido es el de La Lucha de Jacob con el Angel. Es un combate entre el bien el mal, entre la pasión y la virtud, y yo le veo un contenido muy homoerótico, tanto en lo estético como en lo conceptual. 

El interior de la iglesia de Saint-Sulpice necesita una limpieza urgente porque los muros están muy ennegrecidos. El exterior, en cambio, es muy luminoso, sobre todo al atardecer porque la orientación de la iglesia hace que la puesta del sol ilumine toda la fachada. 

A 5 minutos andando de Saint-Sulpice se llega a la basílica de Saint-Germain de Près (3 últimas fotos). Imposible pasar por la puerta y no entrar.  Hablé hace unos meses de esa policromía esplendorosa. Es apabullante, una belleza absoluta que inunda los sentidos en 360º y que dificulta fijar la atención.