lunes, 28 de enero de 2019

Eslovenia

He vuelto a los Balcanes, apenas un mes después de la primera visita. En esta ocasión, he repetido  Serbia y he visitado por primera vez Eslovenia. Allí tenemos la oficina en Kranj, una "ciudad" de 50 mil habitantes que yo me atreví a llamar "pueblo" porque, francamente, es tal cual un pueblecito pintoresco, sobre todo ahora que está todo cubierto de nieve (las 4 fotos de día). Precisamente porque me pareció muy pueblo y que no se me perdía nada, me alojé en Ljubljana, la capital, que tampoco es que sea muy "metrópoli", con 300 mil habitantes. Una de las noches tuvimos cena con gente de la empresa allí y nos hicieron un paseo turístico por el centro (las 4 fotos nocturnas), incluyendo cena en el castillo. La verdad es que es todo muy pintoresco y... muy de pueblo. 






lunes, 21 de enero de 2019

Brunch y Expo MJ

A trancas y barrancas, cada ciertos meses, retomamos el plan brunch con Ronke, consistente en ir recorriendo los distintos hotelazos de París y conociendo sus brunch del domingo. En realidad, nos vemos los 3 juntos con cierta frecuencia pero no siempre en plan tan "estupendos". En esta primera ocasión de 2019 fuimos al Hotel de Crillon, en plena plaza de la Concordia, con vistas al Obelisco y la Asamblea Nacional Francesa. Nos gustó la comida bastante pero el servicio no estuvo especialmente brillante, o al menos no a la altura de tanto esplendor. 

Después de la cuchipandi subimos andando hasta el Grand Palais para ver la exposición "Michael Jackson on the Wall" que recoge obras de artistas que se inspiraron en la estética, el baile y toda la iconografía alrededor del cantante. Había obras de artistas contemporáneos afamados como Gary Hume o Andy Warhol, pero no la acabamos de disfrutar del todo; había muchísima gente. Las exposiciones de París mueren de éxito;  últimamente están siempre sobre saturadas, o simplemente no dimensionan los espacios acorde a toda esa gente que aparece. 


sábado, 19 de enero de 2019

Península Beijing

Llevamos 10 días de vuelta del viaje a China, tantos que yo ya tuve tiempo de pasar 3 en Londres la semana pasada y otros 3 en Copenhage esta semana. El resto del mes de enero, y febrero, no pintan mucho más tranquilos así que 2019 apunta viajero. Entre viaje y viaje, me voy tragando documentales de historia china, que me parece de lo más fascinante, con todos esos miles de años de dinastías, integraciones y desintegraciones. 

Ya he dejado cubierta toda la crónica del viaje a China pero me quedaron dos temas pendientes. El primero es la sorpresa de que todas las motos fueran eléctricas! Una maravilla de silencio en las calles, una gran diferencia con los combustibles fósiles; ojalá se popularicen los coches eléctricos pronto. Eso sí, el paseo por calles estrechas tiene más sobresaltos, porque apenas las oyes cuando aparecen a tu espalda. 

El otro aspecto que no había comentado del viaje fue nuestra experiencia en el Peninsula de Pekín. Es un edificio estilo tradicional, para mi gusto con poca gracia, pero que por lo visto está hasta protegido. El interior del edificio tiene un centro comercial de lujo, hasta el punto que la recepción del hotel casi se camufla con las tiendas. A mi no me gustó nada el concepto pero parece ser que es muy rentable. Todas las habitaciones son suites, con una sala de estar y un despacho. Desde nuestra habitación podíamos ver el amanecer. Nos trataron francamente bien, con eso de que dBt es empleado. El director del hotel, un francés que lleva años viviendo en la ciudad, y con el que nos tomamos un largo café, nos contó sue experiencia en el país y algunos entresijos del negocio. Ojalá mi próximo trabajo fuera en Recursos Humanos en una cadena hotelera porque es un sector que me encanta. 



viernes, 11 de enero de 2019

Barrios de Pekín

Parte del encanto de Pekín es la mezcla de edificios muy modernos, con barrios mucho más tradicionales. La ciudad alterna un estilo cartesiano, con grandes avenidas en cuadrícula alrededor de la Ciudad Prohibida, con barrios de casas bajas en callejuelas, y con baños públicos, en los denominados hutong. La primera vez que nos adentramos en uno de esos barrios nos dio un poco de "yuyu", como si nos fueran a raptar los chinos en cualquier esquina, y resultó que nos tragamos los prejuicios al acabar encontrando un restaurante gastronómico impecable: el TRB Hutong, en un antiguo templo.

La zona comercial más antigua está en la calle Qianmen y el distrito vecino de Dashilan. Aunque la zona tiene siglos de solera y muchos comercios "de toda la vida", de sedas, caligrafías y demás, está totalmente "saneada", renovada, y re-limpia. No muy lejos está Liulichang, con más comercios tradicionales. Aunque callejeamos mucho, no encontramos nada que nos sedujera especialmente, más allá de comprar algún té. 

Los edificios modernos se reparten por toda la ciudad, pero la arquitectura más vanguardista está en el CBD (Central Business District). Es el barrio de negocios, y en el que se encuentran las torres más altas y la central de la televisión china (CCTV) (última foto abajo) de Rem Koolhaus, el mismo arquitecto de Lafayette Anticipations, que tenemos al lado de casa en París.






jueves, 10 de enero de 2019

Gran Teatro Nacional de China

El mismo día que visitamos el Templo del Cielo fuimos al "Huevo", que es cómo se conoce al Gran Teatro Nacional de China. Sobre el mapa parece que ambas cosas están cerca pero comprobamos que eran unos 50 minutos andando así que nos decidimos por un China Taxi, una app que encontró dBt que funciona francamente bien, porque tienen un chat online en inglés que te ayuda a resolver cualquier incidencia (principalmente que el taxista encuentre exactamente dónde estás). 

Llegamos al Huevo al atardecer y fue super chulo ver reflejarse la puesta del sol. El edificio es imponente, recubierto de titanio y cristal y en el medio de un lago. Se accede por debajo del lago a través de un enorme vestíbulo. En el interior hay 2 teatros y una gran sala de opera. Lo inauguraron antes de los Juegos Olímpicos, en 2007, y el arquitecto es un francés, el mismo que diseñó la terminal 2E de Charles de Gaulle. Hay que ver lo mucho que viste una ciudad un buen edificio de arquitectura contemporánea; se convierte rápidamente en un nuevo icono urbano. 





miércoles, 9 de enero de 2019

El Templo del Cielo

En mi opinión el lugar más fascinante de Pekín es el Templo del Cielo, mucho más manejable que la Ciudad Prohibida, en cuanto a dimensiones, y de la misma época. Fue construido en 1420 y era el lugar que utilizaban los emperadores de las dinastías Ming y Qing para orar por las buenas cosechas.  Es un conjunto de 3 edificios alineados y conectados por un paseo, situados en el medio de un parque al sur de la Ciudad Prohibida.

Más allá de la arquitectura en madera, y el preciosismo de la decoración, lo que asombra es toda la simbología "cósmica", dentro y fuera de los edificios. Por ejemplo, los edificios están rodeados por muros rectangulares simbolizando la Tierra, o semicirculares simbolizando la Luna. Al templo principal se accede a través de 3 terrazas concéntricas y el techo también está en 3 niveles, para ir acercándose al Cielo. Las columnas del interior simbolizan, de nuevo en círculos concéntricos, las 4 estaciones, los 12 meses y las 12 horas del día. En fin, todo muy místico porque los Emperadores eran la conexión entre el Cielo y la Tierra. Para hacer sus oraciones en estado de pureza, antes de las ceremonias pasaban 3 días en el Palacio de la Abstinencia, otro edificio situado en el mismo parque, rodeado por dos fosos. En fin, todo muy flipante y en un estado excelente de conservación.





martes, 8 de enero de 2019

Distrito 798

Una de las grandes sorpresas de Pekín ha sido descubrir la calidad y variedad de su escena artística contemporánea que se concentra en el llamado Distrito 798. Se trata de una antigua zona industrial, plagada de naves y chimeneas y ahora reconvertida en zona artística, plagada de cafés, pequeñas tiendas, y docenas de galerías, muchas más de las que se puede visitar en un día. 

Descubrimos dos nuevos artistas que nos encantaron: un videoartista chino que monta salas psicodélicas, con música e imágenes hipnóticas reflejadas en múltiples espejos y Nicolas Party, un suizo que utiliza colores super saturados y que además "tunea" las salas dónde expone para crear murales de fondo para sus obras. Su exposición en la galería M Woods es la más grande que ha hecho hasta la fecha pero su planteamiento es tan fascinante e inmersivo que estoy seguro de que nos volveremos a cruzar con este artista en el futuro.