viernes, 24 de enero de 2025

Foro de Davos 2025

Este ha sido un Davos para recordar. En realidad, todos lo son, porque constituye una experiencia muy intensa, con días de trabajo muy largos y multitud de estímulos intelectuales y emocionales. 

2023 fue el primero para mi, tras la muerte de mi padre, y 2024, el de una experiencia más completa, con acceso a mayor tipología de eventos. El de este año 2025 lo recordaré, sin duda, por el discurso infame de Milei y la intervención virtual de Trump. Ambos momentos marcan el giro ideológico y geopolítico radical que estamos viviendo. Tiempos duros, tiempos oscuros. Es el inicio de lo que puede ser una nueva era totalitaria, con claras similitudes a los años 30 del siglo pasado: gobernantes sin límites, dispuestos a estigmatizar a segmentos completos de la población, sin ningún escrúpulo. 

Es verdad que fueron dos momentos oscuros en medio de muchos otros momentos luminosos, de empresas y países comprometidos con la transición energética y la emergencia climática, así como con la inclusión y los avances sociales. Es momento de rearmar coaliciones, alianzas y alternativas, pero se vienen retrocesos grandes en múltiples frentes. Por cierto, Pedro Sánchez volvió a estar brillante y en esta ocasión centró su discurso en la necesidad de poner límite a la desinformación en las redes sociales