jueves, 7 de julio de 2022

Entrevista en Ginebra

Estoy en la recta final con mi actual empresa y no tengo claro cuál será mi próximo paso profesional. Llevo meses con espíritu de transición y explorando caminos alternativos, pero sin nada claro. Aunque exponerme al mercado ha sido una decisión muy personal y meditada, no deja de generarme algo de ansiedad. 

Esta semana viajé a Ginebra en el día para realizar un par de entrevistas. Fueron muy bien. Me encanta la organización y el que sería potencialmente mi futuro jefe. Sin embargo, creo que el puesto podría quedarme pequeño. Tuve una sensación algo distópica, como de introducirme en un centro super elitista y moderno pero con grandes ideales. Veremos cómo evoluciona la cosa. Ya tuve la experiencia de hacer entrevistas en París y que todo quedara en nada, así que es mejor tomarse todo con distancia por ahora. En cualquier caso, me encantó la experiencia. 

Aproveché el tiempo disponible hasta la salida de mi avión de vuelta para comer en el centro de Ginebra y dar un largo paseo por la ciudad. Me sirvió para recordar lo pequeña que es, algo que se aprecia también desde el avión. 

Me gusta Ginebra. Es coqueta. Ahora en verano, genera una sensación total de ciudad de vacaciones, con el lago, los barquitos y el ambiente relajado. Eso sí, me irrita un poco la sobre-abundancia de tiendas de lujo, de relojes caros y de bancos.