Noches con Mónica al encuentro del coronavirus

Nos vimos con ellos las noches del martes y miércoles de esta semana en París, a su vuelta de Venecia. No nos veíamos desde el viaje a Nueva York en verano de 2018. La primera noche fuimos a Le Christine, un restaurante de la Rive Droite, cerca del Pont Neuf, que tiene un menú muy cuidado por 50€. El pequeño paseo cruzando el sena nos permitió comprobar lo bonito que es París también por la noche, y lo altísimo que está el Sena estos días, aunque no ha llegado a desbordarse.
La segunda noche quedamos a tomar un vino en su apartamento de AirBnB al lado de Les Halles. No quedamos a cenar de nuevo, al estilo de las cenas consecutivas de 2017, porque ellos lo hicieron en uno de esos barcos que recorren el Sena. Su recorrido fue más corto de lo habitual porque con la crecida del río el barco no puede pasar por debajo de algunos puentes. Nos contaron que su barco estaba casi copado por un grupo muy numeroso de chinos. Entre eso, y que ellos vinieron del norte de Italia en los últimos días, dBt y yo estamos convencidos de que ya nos hemos pillado el coronavirus. En esta semana de paranoia y desplome de los mercados financieros a cuenta del dichoso bichito, estamos muy relajados. Yo creo que lo mejor es cogerlo cuanto antes ya que en cualquier caso en la gran mayoría de los casos la sintomatología es leve. Telita como está el mundo de enloquecido. Esto cada vez más se parece a una de esas sociedades distópicas, con cuarentenas masivas, terraplanistas, conspiranoicos varios y pérfiles de líderes políticos entre el circo y la película de terror.