Las luces de Madrid

No son el desparrame de las de Vigo, con todas sus atracciones, pero las luces navideñas de Madrid me gustan mucho. Son modernas y elegantes, que es lo mejor que se les puede pedir. Pude vislumbrarlas entre tumultos de gente este fin de semana, que ha representado una escala de transición entre la Navidad en Vigo y el Fin de Año en Ginebra. 

La etapa en Madrid me dejó algo nostálgico, entre el recuerdo de la salida a ver las luces con mis padres y madrina, hace 3 años, cuando aún estaban bastante bien los tres, y el piso de Reyes, en el que pusimos tanto empeño y que ahora está "deshabitado". 

Halo Vigo

Juan y yo nos hemos despedido de Vigo con un paseo por las playas de Coruxo y Canido por la mañana y una visita al ascensor Halo por la tarde. En realidad, no llevábamos plan de ascensor. Nuestra idea era descubrir la vía verde que sigue la antigua línea del tren entre la nueva Estación y Chapela. Sin embargo, el parking del centro comercial Vialia estaba completo y acabamos aparcando en la zona baja, cerca del pie del ascensor. Había cola para subir, pero se resolvió relativamente rápido. 

La arquitectura del ascensor está muy bien; muy vistoso. Las vistas al atardecer tienen su punto, pero no deja de tener una autopista en primera línea y el caótico entramado urbano de Vigo tampoco es de dejar boquiabierto. Lo mejor es la funcionalidad, porque resulta práctico para moverse entre las dos zonas de la ciudad. En cuanto a la vía verde, no la encontramos, así que el paseo queda para otra ocasión. 

Navidad 2024 en Vigo

Celebramos la Navidad fuera de casa y fue un acierto total, porque nos permitió ir sumando familia sin esfuerzo. Al final nos juntamos 13, incluyendo mis dos hermanos y sus familias, y Geni y mi madrina. A todo el mundo le encantó el plan, especialmente a mi madre, que lo vivió como el típico reencuentro que sólo se produce en sus cumpleaños.   

Nos costó encontrar sitio. Se encargó de la reserva David, desde Ginebra, aunque él no iba a participar. Nos fallaron varias opciones y acabamos en el restaurante Soriano, en la parroquia de Bembrive de Vigo, con vistas a la ciudad y las Cíes. Completamos el día con un paseo en Samil al atardecer, aprovechando el solazo que luce todos estos días. 

Nochebuena 2024 en Vigo

Hemos pasado la Nochebuena a 3 bandas: mi madre, Juan y yo. Fue un plan muy diferente al del año pasado en Zaragoza. La cena no tuvo nada de particular, pero el día estuvo francamente muy bien. Antes de comer nos vimos con Alberto, Manuel y Guillermo, en plan tomar el aperitivo. Es lo bueno que tiene venir a Vigo en Navidad, que coincido con los amigos de toda la vida. 

Por la tarde, aprovechamos para ver las luces de la ciudad, dando un largo paseo por el centro. Escoger la tarde de Nochebuena fue todo un acierto, porque evitamos las aglomeraciones habituales de estos días. 

Navidad en Bouzas

Mi madre quería enseñarle Bouzas a Juan, con la disculpa de ver las luces de Navidad en un barrio distinto. Yo creo que le pasa como a mi, y que lo ha adoptado como su barrio preferido. Yo estaba convencido de que Juan ya lo conocía, pero igual no, o no lo suficiente. El caso es que se quedó muy sorprendido con la iglesia, la bahía, y las callejuelas de pueblo. Creo que lo hemos convertido en otro fan de Bouzas. 

Las dunas de Samil

Me parece un planazo lo de derribar parte del paseo de Samil y recuperar el sistema dunar y el pinar original de la playa. Las obras se ven bien avanzadas y está claro que va a quedar una super-playa. Desde esa punta, que se está recuperando, hasta la Playa de los Olmos hay un tramo de costa bien cuidado y que configura casi un mini Parque Natural.

Ribadavia

Originalmente, pensamos en que mi madre viajara a Madrid para pasar la Navidad juntos, al estilo del año pasado. Sin embargo, no la vemos ya tan aventurera, y decidimos que mejor nos desplazábamos nosotros. 

Volé de Ginebra a Madrid el viernes a primera hora y me recogió Juan con el coche en la T4 para viajar a Vigo. Paramos a comer en Ribadavia, un pueblo en el que hacía muchos años que no paraba. El casco histórico está muy bien y además este año está super-decorado por Navidad. Por lo visto, ha ganado el concurso Ferrero Rocher de pueblo más iluminado de España. La verdad es que vimos mucha parafernalia navideña, pero obviamente sin luces, porque hicimos la parada a las 2 de la tarde. 

Navidad separados

Este año, David y yo pasamos la Navidad separados. No es la primera vez, pero tampoco es lo habitual. El se queda en Ginebra y yo me voy a Vigo. El tiene por delante días de trabajo intenso y yo los 10 días más tranquilos de todo el año. Ultimamente, andamos bastante descoordinados. 

Mandarin Ginebra

Acabo el año profesional muy cansado, y algo frustrado. Ha sido un año de logros extraordinarios, para mi y para mi equipo, con grandes reconocimientos. También ha sido un año de grandes sacrificios, sin verdaderas vacaciones, más allá de fines de semanas largos, y de viajes perdidos, para ver a mi familia o amigos. Con todo, lo peor no es eso, sino la sensación de que 2025 no va a ser mucho mejor y voy a continuar con un ritmo de trabajo imposible. Tendré que repensar mis opciones profesionales con el nuevo año. 

El martes tuve una reunión de mi "equipo de liderazgo", el grupo de 9 personas que constituye mi equipo directo, para evaluar el año 2024 y planificar 2025. Nos reunimos en una sala del Hotel Mandarin, precisamente el hotel en el que David y yo nos alojamos la primera vez que visitamos la ciudad, hace 11 años. Quien nos iba a decir entonces que acabaríamos viviendo aquí. El tiempo dirá si acabará siendo una etapa corta o larga de nuestras vidas. 

Fiestas de Navidad para empleados

Un año más, han llegado los eventos para empleados en mi oficina. Ya empiezo a verlos como un clásico, porque aunque sólo llevo 2 años en Ginebra, es la tercera vez que los vivo. Este año he vivido la fiesta para niños con menos ilusión. En realidad, saqué las fotos antes de que llegaran y luego me refugié tras mi ordenador y evité cruzarme con las familias. Por algún motivo, cansancio de todo el año supongo, no tenía mucho ánimo para hacer vida social. 

En cuanto a la fiesta de empleados como tal, me hizo algo más de ilusión porque también participó David. Le presenté a algunos empleados, incluido al Presidente que tenía mucho interés en conocerle. Se celebró en el Hotel Intercontinental de Ginebra y nos fuimos pronto, a eso de las 22:30. 

Vevey

Estamos descubriendo que en Suiza los teleféricos, funiculares y trenes cremallera son toda una categoría en si mismos. Al de Rochers de Naye en Montreux y al Monte Pilatus en Lucerna, hemos sumado ahora el funicular que une Vevey con el Hotel Mirador de Mont-Pèlerin. En el tramo final tiene una pendiente vertiginosa. Conecta la zona del hotel y la base del monte Pelerin con la ciudad de Vevey, al borde del lago. 

La ciudad es conocida por tener la sede mundial de la empresa Nestlé. Hace años estuve allí en una reunión de Diversidad, pero aquello fue un visto y no visto. Ahora tuvimos la oportunidad de pasearla en condiciones, tanto por la ribera del lago, como por el interior del casco histórico, pequeño pero muy mono. Es una ciudad tranquila, de vistas estupendas a la costa francesa y al fondo del lago Leman. Tiene un castillo bien cuidado y un tenedor, muy fotogénico, a la altura de un museo de la Alimentación. Y más cosas que tendrá, pero que nosotros no tuvimos el tiempo de descubrir.