viernes, 17 de diciembre de 2021

Estreno de La Bohème

El domingo pasado fuimos al estreno de La Bohème en el Teatro Real. El recorrido desde casa nos lleva ahora atravesando la re-inaugurada Plaza de España y las nuevas pasarelas peatonales que suben hacia el Palacio Real. Una maravilla de recorrido sino fuera porque ahora mismo están bastante saturadas de gente, ya sea por efecto Navidad o efecto novedad. 

Gracias al positivo por Covid de una amiga de Alberto, teníamos sus asientos de abonada, en la quinta planta pero con muy buena visibilidad. Pudimos apreciar bien la producción y los cambios de escenario que se producen en medio de la representación. La verdad es que ni me gustó la historia ni me gustó la música, salvo unos pocos fragmentos. Todo demasiado triste y con un lenguaje pomposo y artificial, una vez más. 

2021 ha sido el año de la confirmación definitiva de que no me gusta la Opera como género. Puedo disfrutar de piezas sueltas, como en la presentación de la programación del Real, o incluso de óperas en versión concierto, como Orlando Furioso. Sin embargo, las óperas completas me aburren bastante. Este año vimos Don Giovanni, La Cenerentola y ahora La Bohème, y en todos los casos me he quedado bastante frío. Me quedo mil veces antes con un buen musical, como Kinky Boots. En cualquier caso, lo que si es muy disfrutable de la experiencia Teatro Real, son los intermedios con vino y aperitivo con Alberto, y sus capas, sombreros y abanicos, y también las cenas posteriores en la Taberna del Alabardero, dónde le conocen los camareros y le hacen una fiesta cada vez que aparece por allí.