jueves, 17 de septiembre de 2020

De Selandia a Jutlandia

Estos son aún días de verano en casi toda Europa, con temperaturas más altas de lo normal, también en el Norte. Dada la cercanía de la oficina en Copenhague a la playa de Amager, pude acercarme a la costa al mediodía y también al atardecer para comer y cenar algo. Me sentó bien ver el mar y pasear entre los barcos deportivos para relajarme ante la tensión y la intensidad de mis conversaciones de trabajo. No son buenos tiempos para el transporte público en ningún país y mi empresa está sufriendo las consecuencias de la menor movilidad de los usuarios. En Dinamarca además, el transporte público es el único lugar en el que las mascarillas son obligatorias lo que refuerza la percepción absurda de que es el único lugar de riesgo. 

Dediqué uno de los días de trabajo a conocer nuestras operaciones de tren en el país, que se concentran en la zona oeste y central de la península de Jutlandia. Fue un día agotador, de 5 de la mañana a 7 y media de la tarde, para poder viajar en coche hasta allí y visitar talleres, oficinas comerciales y estaciones, y reunirme con el equipo directivo. El trayecto en coche de ida y vuelta me ayudó finalmente a entender la estructura básica del país en 3 grandes bloques: Seelandia  al este, que es la isla dónde se encuentra Copenhague, mirando a la costa sueca, Fionia, o Funen, que es la isla central, y la península de Jutlandia al oeste, que es ese "saliente de Alemania" que todos reconocemos tan fácilmente en los mapas de Europa.