Regreso al verano y al Silabario en Vigo
Venir a Vigo unos días me ha permitido recuperar la sensación de verano, que en Ginebra ya se ha esfumado (con mínimas de 7º este fin de semana). Trabajé desde aquí jueves y viernes, con jornadas largas. Aún así, al menos pude disfrutar de las cenas, una con M de Lux y G, y otra con mi madre en Bouzas.
Hoy sábado fue un día puramente familiar, con el plato fuerte de comer en el Silabario. en la sede del Celta. A mi madre le pareció el típico sitio fino de "caralladitas" e hizo varias referencias a lo que diría mi padre de estar allí. Curiosamente, mi primera experienca en el restaurante coincidió precisamente con el inicio del deterioro final de mi padre. A mi me volvió a encantar la experiencia: muy cuidado tanto el servicio como el menú, con claro predominio de producto local. A mi hermano Miguel y mi cuñada Elvira también les encantó así que todos contentos.