Museo Calvet de Aviñón

Avignon tiene muchos museos, algunos de ellos gratuitos. El sábado visitamos el Museo Calvet, que es el más importante. Es, en realidad, un museo de Bellas Artes, con un poco de todo. Dónde lo mismo encuentras escultura clásica, que momas egipcias, que pintura de distintas épocas. 

Me gustó mucho la sección de cuadros con vistas de Avignon de distintos siglos, y muchas otras obras, aquí y allá, confirmando mi teoría de que los museos de bellas artes en Francia están francamente bien. El último fue el de Rennes y, si mis cuentas no se equivocan, este de Avignon hace el número 9 de la lista. 

Aviñón

Este es uno de esos viajes largamente postpuestos. Una ciudad de resonancias medievales, asociada al Palacio de los Papas y la saga de Los Reyes Malditos. Siempre quise traer a mi padre, pero no pudo ser. No es algo que diga con dolor, sólo con un punto de nostalgia. Agradezco y valoro todos los viajes que sí pude hacer con ellos. 

Aquí estamos, de fin de semana largo, atraídos por una exposición de Miss.Tic. Son 4 horas en tren desde Ginebra, incluyendo media hora de transbordo en Lyon. Día de madrugón que pensaba tomar de vacaciones, pero que he acabado mayormente trabajando. 

La ciudad es muy cómoda, con un gran casco histórico, amurallado y en su mayoría peatonalizado. El patrimonio está por todas partes: iglesias, palacetes, casonas... Y todo muy cuidado: c'est la France. 

Final de verano

En Ginebra se ha instalado ya una sensación como de "final de verano". En realidad, hemos tenido días gloriosos y todo apunta a que vendrán algunos más. Sin embargo, las temperaturas nocturnas ya han dado un bajón considerable y las mañanas son frescas. 

Con el temor a que el otoño esté a la vuelta de la esquina, esta semana he repetido barbacoa en casa de Nicola, y hemos ido al cine al aire libre antes de que se acabe. Vimos solo la mitad de Alien Romulus, porque se hacía tarde y la noche ya se estaba poniendo fresca... 

Este sábado he aprovechado para hacer doblete de "playa" y baño en el lago: por la mañana, yo solo, mientras David trabajaba y por la tarde con él. Ahora que trabaja se han acabado los planes con bici. No se puede tener todo. 

Opera y drones en el lago

El plato fuerte de las fiestas de Ginebra ha sido, este fin de semana, una "Opera Lacustre": una super-producción de 45 minutos que ha combinado música en vivo, luces, láser, drones y fuegos artificiales. Ya el año pasado montaron un espectáculo muy vistoso con drones y este año han elevado la apuesta combinando los enjambres de aparatos con la soprano, la orquesta, los chorros luminosos y el despliegue final de fuegos. Más es más. Muy bien hecho y muy impactante (incluyendo el verlos aterrizar de vuelta - segunda foto).

Ginebra en fiestas

Semana de vuelta a la oficina y a la barbacoa en el ático de Nicola.  Días de atardeceres tormentosos y puestas de sol grandiosas. 

A partir del míercoles, dieron comienzo las "fiestas grandes" de Ginebra. Yo creo que son flexibles, porque el año pasado fueron alrededor de la Ascensión y este año las han montado a mediados de agosto. Las anuncian como "Genève Genève: la fiesta grande del lago pequeño" y la verdad es que montan un montón de actividades, actuaciones y puestos de comida. Ha sido una semana perfecta para volver: está la ciudad muy animada. 

Amanaceres en Bouzas y Alcabre

Esta semana vuelvo de lleno al trabajo, en Ginebra. Dejo atrás los 11 días de Vigo, con sus copas, sus paseos, sus atardeceres, y también sus amaneceres. Este año, al estar solo, aproveché la primera hora de la mañana para hacer alguna caminata al amanecer. El primer fin de semana descubrí así la Playa de los Olmos y este último me acerqué a Bouzas, mi barrio preferido y a las playas de la zona de Alcabre, en la zona del Museo do Mar. 

Todo el tramo de costa, que va desde Bouzas y su casco histórico, hasta la Playa de Samil es ahora mismo caminable y muy agradable. Tendría que haberme animado a salir a correr, pero me he visto demasiado perezoso para eso. No me gustaba, además, la idea de sudar y no poder sentarme a desayunar después, así que me he conformado con las caminatas y los momentos de "mindfulness" con el sonido de las olas y los pájaros y gaviotas. 

Noches de verano en Vigo

He disfrutado mucho de las noches de esta semana y he hecho pleno de salidas, de lunes a sábado.  Claro, que lo que yo llamo "noche" suele acabar entre las 11 y las 12. Teniendo en cuenta que el sol se pone en Vigo a eso de las 10, mis noches han sido más bien cortas, pero han dado para 4 asuntos destacados: 

- He tomado copas con Alberto en 3 ocasiones. Ya se sabe que con él las cosas van a trompicones: no nos vemos en un año y después acumulamos encuentros en la misma semana. 

- He descubierto, por fin, el espacio del Palacio de la Oliva: el bar, con Alberto, y el restaurante, con Geni y Candela. La reforma del edificio es maravillosa y la calidad del restaurante, a cargo de Pepe Solla, óptima. 

- Me he quedado pasmado con la belleza de las puesta de sol desde las playas de Vigo. Cada ángulo tiene su encanto: desde los Olmos y la Fuente el sol se pone detrás del Morrazo, desde Samil se pone en el mar, en la entrada norte de la ría, y desde Canido, el sol se pone estos días detrás del lago de Rodas, entre la isla Norte y la del Medio. 

- He entendido algo mejor de que va "O Marisquiño", un festival de cultura urbana, del que no sabía nada, pero que este año he descubierto en Samil, después de disfrutar de las puestas de sol. En pequeñas dosis, he visto algo de música y también algo de la competición de "skate". Todo muy animado, la verdad.