Zagreb

La ciudad está dividida en una parte alta, la más antigua, sinuosa, entre colinas, y una parte baja, muy llana y con edificios con porte clásico. Me gustó todo, sin llegar a encantarme. El punto más interesante me pareció el Mercado Dolac, con sus sombrillas rojas y sus puestos de frutas y verduras. Conocí a un frutero (gay) muy majo y sonriente, de 27 años. Me regaló un montón de cerezas y me comí, tan ricamente, unas buenas cuentas después de lavarlas en un parque de la ciudad; el resto han viajado a París en la maleta.