Navidad en Dijon
Ha sido la segunda Navidad que no paso en Vigo con mis padres, y cada vez me gusta más esa sensación de librarme del compromiso y disfrutar de una pequeña escapada. El año pasado estuvimos en Metz para visitar el nuevo centro Pompidou, y este año elegimos Dijon, capital de la región de Borgoña. Lo más conocido de la ciudad es la mostaza y a nivel monumental el Palacio de los Duques de Borgoña, un complejo arquitectónico que abarca varios siglos. En la primera foto se puede ver una fachada clásica de estilo versallesco del siglo XVII y detrás una torre medieval del siglo XV. En lo alto de esa torre aparece Papa Noel en Nochebuena y desciende haciendo rápel. Es todo un acontecimiento en la ciudad y hace las delicias de los niños, que quedan embobados (nosotros también, la verdad).
El casco histórico de Dijon está muy bien conservado y en turismo te dan un mapa con recorrido guiado para que no te pierdas las principales iglesias y mansiones nobiliarias. Para variar la ciudad también es presa del furor tranviario que recorre Francia: hay obras para introducirlo como en Le Havre, Orléans o Reims... alguna empresa se debe estar haciendo de oro. También tiene su correspondiente Museo de Bellas Artes, también en obras, pero con cierto interés, sobre todo las pequeñas estátuas de Llorantes medievales.
En cuanto a la cena de Nochebuena, nos montamos un planazo muy apañado en la habitación del hotel a partir de unas compras de última hora en un supermercado. La comida de Navidad la teníamos reservada hacía días en la Brasserie B9, del mismo chef que un restaurante gastronómico allí al lado pero mucho más económico: un menú estupendo por 28 euros. Tenemos propósito de enmienda para 2012: controlar mejor los gastos para afrontar mi traslado a Londres y mantener el piso de París, dónde seguirá trabajando, al menos hasta mediados de año, dBt.
El casco histórico de Dijon está muy bien conservado y en turismo te dan un mapa con recorrido guiado para que no te pierdas las principales iglesias y mansiones nobiliarias. Para variar la ciudad también es presa del furor tranviario que recorre Francia: hay obras para introducirlo como en Le Havre, Orléans o Reims... alguna empresa se debe estar haciendo de oro. También tiene su correspondiente Museo de Bellas Artes, también en obras, pero con cierto interés, sobre todo las pequeñas estátuas de Llorantes medievales.
En cuanto a la cena de Nochebuena, nos montamos un planazo muy apañado en la habitación del hotel a partir de unas compras de última hora en un supermercado. La comida de Navidad la teníamos reservada hacía días en la Brasserie B9, del mismo chef que un restaurante gastronómico allí al lado pero mucho más económico: un menú estupendo por 28 euros. Tenemos propósito de enmienda para 2012: controlar mejor los gastos para afrontar mi traslado a Londres y mantener el piso de París, dónde seguirá trabajando, al menos hasta mediados de año, dBt.