miércoles, 31 de julio de 2024

De paso por Madrid

La segunda quincena de julio ha resultado mortal en el frente laboral: largas horas, grandes emociones y un sin parar de frentes abiertos, como resultado de la crisis actual en la oficina. Me he visto al borde del burnout y lo peor es que se lo transmití al equipo, poniéndolos a todos algo nerviosos. Así las cosas, me vino bien pasar por Madrid un par de días, camino de unas mini-vacaciones en Vigo. Aunque trabajé desde casa, el simple cambio de aires tuvo efecto sanador. 

Una vez más, he confirmado que Madrid es una ciudad que me encanta y en la que siempre me siento a gusto, incluso en verano. Me gustó re-conectarme con el piso de Reyes. Lo tenemos algo atiborrado, pero todo me parece una belleza, así que no veo como podemos hacernos minimalistas. 

Desde que David se trasladó a Ginebra definitivamente, hace unos meses, hemos vaciado la nevera y el congelador en casa, así que sobreviví mi breve paso por Madrid cenando fuera, acompañado de un libro. Una de las noches fui a Miyama, que es nuestro japonés favorito, al lado de casa. Para el único desayuno que hice en la ciudad tiré del bar Sidi, que no conocía y me ha re-chiflado: los hidráulicos, las columnas de la barra, las estanterías con botellas... Muy repetible.