domingo, 2 de abril de 2023

El piso de la chimenea

Esta semana en Ginebra, he dado por concluida la instalación en el nuevo piso. El último viaje de David le dio el empujón definitivo, y esta semana, con la instalación del lavavajillas, ya se puede decir que tenemos todo lo necesario para estar cómodos y ser felices aquí. Quedan cosas, claro, entre ellas alguna solución para que duerman los invitados, pero a nosotros ya no nos falta nada. 

A pesar del trasiego de casas en los últimos años,  hemos conseguido que tuvieran todas algún encanto especial, o un aspecto especialmente memorable. En el último piso de Londres fue la terraza, y en el último de París los amaneceres sobre los tejados de Le Marais. En Ginebra, el punto especial del piso va a ser la chimenea. La "enciendo" todas las noches y me da mucha sensación de hogar y bienestar. 

Al calor (o más bien su luz) de la chimenea, he comenzado este año la Semana Santa, que en estos países protestantes no tiene la mas mínima gracia. Nada que ver con la emoción del Domingo de Ramos del año pasado en Madrid. Menos mal que mañana me voy para allá.