domingo, 11 de septiembre de 2022

Fonte da Telha

Entre pitos y flautas, llevo casi mes y medio en Lisboa y todavía no había pisado la playa. No es que sea yo muy playero, pero la Costa de Caparica es uno de esos nombres míticos, asociados a playas sin fin, y a algún tramo nudista y/o gay. 

Finalmente, en previsión de las lluvias de la próxima semana, me animé a ir de excursión a Fonte da Telha el sábado. Y hablo bien de excursión, porque desde el centro de Lisboa lo es. Hay que tomar una combinación de metro + barco + bus 3012 + andar kilómetros, para llegar al sector claramente gay. Suma a todo eso, largos tiempos de espera para el bus, cuyas frecuencias son escasísimas, y acabas sumando una jornada completa de 8 horas para lo que fueron 3 horas efectivas de playa, contando las caminatas de ida y vuelta. Di tu, que yo tampoco podía estar mucho tiempo al sol, así que, a pesar de todo, me gustó la aventura. 

La playa es interminable y, una vez superado el tramo inicial de restaurantes, chiringuitos, y casuchas, hay un horizonte sin fin de océano, arenal, matorral y acantilado al fondo. Para aumentar el dramatismo una antigua línea de tren atraviesa las dunas. Es un paisaje precioso, sin intervención humana alguna, más allá de los restos de las actividades de cruising entre los matorrales. Repetible, pero con sombrilla y coche.