sábado, 21 de marzo de 2020

Los primeros días de confinamiento en París

Esta semana de trabajo ha sido super dura. Todas las empresas están gravemente afectadas por la pandemia. La mía, en concreto, que se dedica al transporte público, ha visto una caída dramática del número de pasajeros en autobuses y trenes, cuando no el cierre completo de todos los servicios. He tenido teleconferencias sin parar y mucho nerviosismo y dramatismo por el impacto de todo esto en las plantillas. Lo peor es que apunta a que va para largo. 

En Francia, las medidas de confinamiento empezaron el martes al mediodía, así que llevamos 4 días. No es fácil. Es raro, y cuanto más días pasen más duro se hará. Cada vez que salimos a la calle, lo hacemos con nuestro impreso escrito de puño y letra, declarando nombre, domicilio y que salimos por un motivo autorizado. Yo he salido a diario a correr pero como alguna gente se aprovechaba demasiado de ese supuesto, han aclarado que sólo pueden ser actividades físicas en solitario, de un máximo de 20 minutos y no muy lejos del domicilio (a unos 500 metros como máximo). En todo caso, a mi esas pequeñas escapadas diarias me dan la vida. 

Desde hace días, nuestra calle apenas tiene tráfico y deja disfrutar de la perspectiva del Centre Pompidou y de las torres de Notre Dame y la cúpula del Panteón sin apenas tráfico. La reducción de la contaminación es una de las buenas noticias en medio de todo este desastre.