lunes, 30 de octubre de 2023

Vietnam 3 | La vitalidad de Hanoi

Aún no tengo del todo claro si Hanoi me gusta o me espanta. Creo que las dos cosas, aunque con el tiempo quedará sobre todo un buen recuerdo. No es una ciudad para nada monumental. Todo es bastante básico: los templos, la arquitectura, los sitios turísticos principales. Nada es de dejar boquiabierto. 

Más allá de la Ciudad Imperial, bastante machacada, en Hanoi destaca el mausoleo de Ho Chi Minh, el Templo de la Literatura, construido en 1.070 y primera Universidad de Vietnam y la Pagoda de West Lake. Todo interesante, pero nada de quitar el sentido. 

Curiosamente, una de las atracciones principales de la ciudad es la "Train Street", una calle estrecha atravesada por una vía de tren todavía en uso. Los turistas la invaden y los bajos se han ido transformando en pequeños cafés y locales de bebidas. De vez en cuando, hay que cortarla y despejarla para que pase el tren, y eso constituye toda una fiesta a celebrar con el móvil en la mano. 

En realidad, lo más interesante de Hanoi es el bullicio, los enjambres de motos, en todas direcciones, sin parar, las tiendas de todo tipo a pie de calle, las cocinas y terrazas improvisadas por todas partes, las señoras de sombreros cónicos transportando frutas y verduras, los mercados con trozos de todo tipo de animales sin refrigerar, la gente trabajando en oficios ya extinguidos en Europa... Creo que todo ese ajetreo constante, esa alerta permanente para que no te atropelle una moto, esa sobredosis para los sentidos, es lo que realmente engancha y agota a partes iguales.