lunes, 5 de agosto de 2019

Fiesta sorpresa en Salvaterra

El sábado pasado participamos en una fiesta sorpresa por el 50 cumpleaños de Nacho, un amigo de la infancia, al que últimamente sólo veo de Pascuas a Ramos. De hecho las dos veces anteriores han sido por mi boda, hace casi 3 años, y por la suya en Granada, hace más de 10. En fin, es mi amigo más antiguo pero también al que veo menos. Nuestras vidas de titiriteros no ayudan, conmigo danzando por Europa y él en Canarias desde hace años y con inminente traslado a Bolonia con su marido.

Quizás porque nuestros encuentros son tan esporádicos,  estuvo genial vernos en esta ocasión. Su hermana montó una fiesta sorpresa con un catering estupendo en su casa familiar de la aldea,  en la comarca de Salvaterra. Aquello es verdaderamente la Galicia profunda interior pero... ahora comunicado a tiro de piedra con Vigo por la A52. Me encantó reencontrarme con la casa, con su madre y hermanos, y también con algunos amigos de la época del instituto. Fueron conversaciones de puesta al día después de décadas. 

Al día siguiente de la fiesta de cumpleaños, dBt emprendió vuelta a París. Antes de llevarle al aeropuerto, me dio tiempo a enseñarle la Playa de la Punta, mi último lugar favorito en Vigo. El lunes, yo también emprendí el vuelo, pero en mi caso a Londres, para asistir a algunas reuniones de trabajo. Fin de las vacaciones de verano por este año.