viernes, 22 de marzo de 2019

Ruta de trabajo por Holanda

Esta semana pasé dos días de trabajo en Holanda, de la ceca a la meca. Alquilé un coche en el aeropuerto y fue lo mejor que pude haber hecho. No sólo porque me dio más flexibilidad que el tren para moverme entre 5 destinos diferentes sino porque lo disfruté muchísimo. Me sentí libre y feliz, como en una "road movie", atravesando todos esos paisajes maravillosos de norte a sur. 

En mis trayectos entre puntos de trabajo, hice mini-paradas en Naarden, una ciudad fortificada en el siglo XVI, con sus bastiones en estrella y foso intactos (las dos primeras fotos), y en Harlingen, un puerto maravilloso en el norte, en el mar de Frisia. Hice parada allí al atardecer y después tomé la autopista que literalmente atraviesa el mar; una ruta inolvidable. 

Dormí las dos noches en Amsterdam, pero tuve reuniones en Heerenveen, dónde ya había estado porque tenemos la central, Nieuwegein, al lado de Utrecht, y Leiden (dos últimas fotos), ciudad en la que descubrí los silenciosos autobuses eléctricos y recordé aquella tarde de kayak de hace algunos años. Fueron dos días fantásticos y no veo el momento de organizar unas vacaciones en condiciones en Holanda porque es un país que francamente me apasiona.