lunes, 4 de febrero de 2019

Domingo en las Rías Baixas

Desde el 90 cumpleaños no había vuelto a Vigo. No resulta fácil coordinar tantos viajes. Al menos, lo bueno es que puedo trabajar desde cualquier sitio y así esta vez he podido hacer una escapada de domingo y lunes-martes. 

El domingo mi padre se fue a la Fiesta de San Blas con su pandi del sindicato. Yo no estuve nunca pero por lo visto es "la gran fiesta" de Vigo, en plan vino y "cantatas" sin freno. No sé como mi padre tiene todavía cuerpo para tanto desfase pero él se lo pasa pipa cantando. El caso es que la fiesta nos ofreció a mi madre y a mi la oportunidad de montarnos un planazo los dos solos y lo aprovechamos para escaparnos a Pontevedra, una ciudad en la que hacía años que no estábamos ninguno de los dos. El día estuvo frío pero super soleado, ideal para pasear por ese casco viejo tan bien cuidado y tan monumental. Cada plaza y soportal es más bonito que el anterior. Comimos en el Parador porque yo quería echarle un ojo por si en algún momento repetimos algún fiestorro como el de Santo Estevo

Tantas horas de intimidad con mi madre sirvieron para hacer un repaso completo a todos los miembros de la familia, y sobre todo a mi padre, que cada vez anda más obsesivo, con sus pastillas, sus horarios y manías varias. Ya de vuelta en Vigo, recogimos a mi madrina, nos dimos un paseo por la zona del Vao y continuamos la charleta a 3 bandas.