De Dalida a Matisse
El sábado hice pellas, me salté por primera vez el master. La clase se presentaba tostón, sin mucha relación con la gestión intercultural y por lo tanto prescindible. No me sentí culpable sino muy feliz. Dediqué parte de la mañana a escuchar obsesivamente canciones de Dalida: "Il venait d'avoir 18 ans" y "Laissez-moi dancer". También fui al gimnasio y quedé por la tarde con una amiga (sí! tengo algunas amistades francesas, ya hablaré en otra ocasión de la vida social en París).
El domingo, ya con dBt, fue un día más cultureta. Visitamos de nuevo el Museo Carnavalet, muy cerca de la Place des Vosges, en Le Marais. Es un museo poco conocido pero que tiene su gracia, maquetas, cuadros y mobiliario que recorren la historia de París. Tiene alguna cosa maja, y sobre todo unos patios maravillosos, que no conviene perderse (ahora son accesibles sin necesidad de visitar el museo, tienen entrada independiente). También nos acercamos al Pompidou para estrenar el pase anual. Visitamos la exposición de Matisse. Es un autor que nos gusta bastante y sin embargo esta exposición sobre variaciones nos dejó algo indiferentes. Al menos estaba tranquila. Nos hemos habituado a ver las expos en París con un montón de gente y con gente tomando notas como posesos. Nos encanta hacer risas con ese fervor por el arte que sólo vemos en París, y en esta ocasión lo hemos echado de menos.
El domingo, ya con dBt, fue un día más cultureta. Visitamos de nuevo el Museo Carnavalet, muy cerca de la Place des Vosges, en Le Marais. Es un museo poco conocido pero que tiene su gracia, maquetas, cuadros y mobiliario que recorren la historia de París. Tiene alguna cosa maja, y sobre todo unos patios maravillosos, que no conviene perderse (ahora son accesibles sin necesidad de visitar el museo, tienen entrada independiente). También nos acercamos al Pompidou para estrenar el pase anual. Visitamos la exposición de Matisse. Es un autor que nos gusta bastante y sin embargo esta exposición sobre variaciones nos dejó algo indiferentes. Al menos estaba tranquila. Nos hemos habituado a ver las expos en París con un montón de gente y con gente tomando notas como posesos. Nos encanta hacer risas con ese fervor por el arte que sólo vemos en París, y en esta ocasión lo hemos echado de menos.