Reencuentro con Tamara de Lempicka
Toda la colección del Museo de Bellas Artes de Orléans merece la pena: un poco de pintura medieval, otro poco de holandesa, un bastante de francesa, y otro poco de arte contemporáneo. Todo dosis justas. Lo peor la iluminación. Para muestra las fotos de abajo: una de la sala con pintura holandesa, con varios retratos y un gran cuadro estupendo de familia, y grandes reflejos por la luz natural. La otra foto es de una sala de pintura francesa, con algunas esculturas, y luz artificial pero en plan focos mal puestos. Una penita. Y otra penita que tengan "responsables de sala" y no personas polivalentes que puedan hacer una mini-visita guiada para no morirse de aburrimiento como les suele pasar. En cualquier caso, el museo es una maravilla muy disfrutable.