sábado, 26 de diciembre de 2009

Ritual navideño

Cada 26 de Diciembre mis padres visitan el cementerio de Pereiró en Vigo. Es el aniversario de la muerte de mi abuela que ocurrió hace ya 11 años. Algunos años, como este, les acompaño, no porque yo le dé un especial significado a la visita sino porque forma parte de una actividad más completa que incluye también ver a mi madrina, que vende flores en uno de los puestos de la puerta, y tomar algo por ahí.
-
En la visita de esta mañana mis padres me hicieron una ruta completa por el cementerio para "visitar" a otros familiares y amigos. Es un paseo agradable si te despegas un poco de la idea de la muerte y te centras en la monumentalidad del recinto. No creo que haya muchos cementerios comparables por el tamaño y el uso casi exclusivo de la piedra, esa piedra granítica, típica de Galicia, como de Pazo. Hay panteones majestuosos, de columnas clásicas y estatúas de santos y ángeles. También panteones de piedra coronados con cruces y alguna zona de lápidas en tierra.
-
Seguramente por influencia de mi madrina no vivo con especial disgusto visitar cementerios, aunque algún pensamiento sombrío suele ser parte del pack de visita. Son especialmente interesantes las visitas en otros países: los turbantes y rosas musulmanes en Estambul, o las torretas y tiras de madera con inscripciones budistas. Desde ese punto de vista cultural y artístico, el cementerio de Vigo es de los que sin duda merecen una visita.