Al día siguiente del brunch del Ritz, hicimos picnic en el Sena. De un extremo al otro.
En París hay mucha cultura de picnic. Es super habitual ver familias o pandas de amigos con su mantelito, sus bebidas y sus viandas en parques y plazas. Con todo, el mejor sitio son las riberas del Sena porque son peatonales, disponen de mesas, bancos y bordillos varios, y las buenas vistas están garantizadas.
Nosotros no somos nada de picnic porque lo de cargar con las cosas y sentarnos mal no nos emociona. Nuestras experiencias son contadísimas pero esta semana nos lanzamos a la aventura para celebrar los últimos coletazos del verano y la buena temperatura. Nos bajamos con nuestra cestita y nuestros "tuper" y nos instalamos al lado del "Pont des Arts", la pasarela peatonal que une el Institut de France y el Louvre. Desde ahí, disfrutamos de un intenso atardecer rosado y violeta y las primeras luces sobre la ciudad. Memorable.