Como la estación de tren de Zaragoza está al lado del recinto de la Expo, nos dio tiempo a darnos una pequeña vuelta, acompañados de maleta, antes de regresar a Madrid. Estuvo bien reencontrarse con la escultura de Jaume Plensa y el Pabellón Puente de Zaha Hadid, que al menos está reabierto al público (aunque con signos claros de deterioro).