Ginebra ya está transformada para el verano, con sus terrazas, chiringuitos, instalaciones deportivas y musicales. En realidad, ya lleva unas semanas lista, pero yo lo he notado este sábado porque me he dado el primer baño en la ciudad (el primero del verano fue el finde pasado en Montreux.
La playa de Ginebra se masifica mucho por las tardes, pero yo vivo muy cerca así que aprovecho la primera hora de la mañana, tipo 8, cuando apenas hay gente.
Este sábado, coincidiendo con el solsticio de verano y la "Fête de la Musique", proyectaron ópera en directo al aire libre, en el Parque des Eaux-Vives. Estas noches largas son maravillosas.