No he conseguido encontrar gimnasio en Lisboa para poder usarlo por días. Haberlos haylos, pero no en la zona dónde vivo. Así las cosas, dependo para mantenerme mínimamente de las flexiones y de salir a correr algunos días.
Correr en Lisboa no es nada cómodo, la verdad. Vayas hacia donde vayas, acabas tropezando con cuestas muy empinadas y/o largas escaleras. Es todo muy pintoresco y te sorprende una vista a la vuelta de cualquier esquina, pero no es nada práctico. Las veces que he intentado alguna cuesta (por ejemplo en la Alfama, o en la Calçada de Sant'Ana), acabo caminando, la verdad.
Las únicas zonas llanas son los laterales del río desde la Plaza de Comercio, o bien hacia la derecha, hacia Cais do Sodré, o bien hacia la izquierda, hacia la Casa dos Bicos y la Estación de Santa Apolónia. Ya he hecho las dos rutas y ambas requieren esquivar turistas. Lo dicho, nada cómodo.