Reservé para las noches de
sábado y domingo un hotel no lejos de la oficina, un 5* con muy buen precio de
última hora. Lleva abierto
aproximadamente un año, y las instalaciones están muy bien. Tiene un
restaurante gastronómico en la planta baja, y una terraza con piscina, bar de
copas y buenas vistas a la ciudad (y al Cementerio). En realidad la clave de reservar ese hotel fue la piscina. Y es que Milán tiene un verano muy bochornoso, con
temperaturas que suben de 30º y no bajan de 20º, con ese calor húmedo que yo
tanto detesto. Lo peor, con todo, son los mosquitos. Como muy acertadamente
dice dBt, las guías de la ciudad deberían
alertar de la plaga de mosquitos. Es de no creer, sólo
comparable a destinos tropicales del estilo de Tailandia o Iguazú. En fin, mucha capital de la moda, pero mas vale no olvidarse de rociarse bien de
repelente de mosquitos.