Tengo por delante dos semanas largas de trabajo en Montreal. Afortunadamente hemos podido organizarlo de tal forma que podamos tener unos días previos de vacaciones, los correspondientes a los festivos de Semana Santa. Se ha venido también dBt aprovechando uno de esos vuelos "con puntos". Además hemos dejado tanto la casa de Londres como la de París a amigos, lo cual nos quita la mala conciencia de pagar alquileres por viviendas que no utilizamos, así que todos contentos.
Veníamos muy predispuestos a que la ciudad nos encantara y nuestras primeras 24 horas lo han confirmado. Es por un lado, una ciudad americana, con calles bien trazadas y mucha mezcla arquitectónica, pero además tiene un casco histórico y un antiguo puerto con mucho encanto. Hemos dedicado el primer día a caminar sin parar para familiarizarnos un poco con todo. Entre las sorpresas, una catedral que es una reproducción de San Pedro de Roma, pero construida a finales del siglo XIX y rodeada de edificios de oficinas. Todo muy nuevo mundo católico.